El autor nos muestra a San José silencioso, siempre en la penumbra, fiel a los designios de Dios, solícito con su esposa María y protegiendo a Jesús como un buen padre de familia.
Los evangelios dedican a San José sólo unas pocas frases y no nos ofrecen ni una palabra suya. Desde esta escasa base histórica, las alusiones evangélicas y los datos de la Tradición, corroborados por los Santos Padres, el autor nos describe al hombre que veló y cuidó en la tierra de María y de Jesús